1466, septiembre, 24. Roma
Juan de Santander, presbítero de la diócesis de Burgos, junto con el caballero Blasco Fernández de Sampaio y otros parroquianos de la iglesia de San Bartolomé de Peñafiel, en la diócesis de Braga, solicitan alpapa Pablo II que envíe algún dignatario eclesiástico a resolver la grave situación en que se encuentra dicha iglesia parroquial, con renta anual de 30 libras tornesas, tras el homicidio de su rector, Arturo González. Particularmente, Juan de Santander solicita además que le sea concedida dicha iglesia, ahora vacante. La crónica del homicidio arranca de la boda, consentida por Arturo, de una sobrina suya con el laico Rodrigo Castellano. Tras la ceremonia, Arturo acogió a los contrayentes en su casa pero, después, expulsó a Rodrigo y se negó a entregarle su mujer. Tras un acuerdo entre Arturo y Rodrigo, la mujer regresó con su marido pero, poco más tarde, Arturo volvió a encerrarla, junto con otros sobrinos, en una cantina. Para recuperar a su esposa, Rodrigo entró de noche en la cantina y, al acudir Arturo a evitarlo, fue asesinado, tras lo cual, Rodrigo y los otros sobrinos huyeron después de haber lavado las manchas de sangre. Al aparecer el cadáver, el arzobispo de Braga encarceló a Rodrigo y requisó los bienes de la iglesia de San Bartolomé de Peñafiel como compensación por los daños sufridos por la parroquia, y son dichos bienes los que ahora Juan de Santander solicita al pontífice recibir en dotación.
Signatura en el ASV:
ASV, Reg. Suppl. 601, fol. 48r-49r
Referencias bibliográficas:
Reg. BEOLCHINI et al. (2011), Cantabria, nº doc. 561, p.259.
Beolchini, Valeria - García de Cortázar, José Ángel - Pavón, Marta, Documentación Medieval referente a Cantabria en el Archivo Secreto Vaticano (1209-1484), Santander, Fundación Botín, 2011, (Col. Historia y Documentos, 4.14).